Seguramente conoces o te han recomendado alguna vez los collares eléctricos y antiladridos para tu perro. Si es así, déjame que te explique si utilizarlos es buena decisión o no lo es.
Yo lo he usado. Cuando Zar llegó a nuestras vidas le puse en el cuello un collar eléctrico por recomendación de un adiestrador para que Zar aprendiera y poder controlarle.
¿Por qué existen y se usan los collares eléctricos y antiladridos para tu perro?
La inseguridad del ser humano, consecuencia de una “educación” totalmente conductista a base de premios y castigos, notas altas o bajas para calificar, ha hecho que lo extrapolemos hacia los perros.
A las personas desde muy pequeños nos «instruyen» en conducta y conocimientos y nada de nada en habilidades y capacidades.
Por este motivo tendremos altas probabilidades de padecer problemas de autoestima y seguridad en nosotros mismos y en nuestra vida a partir de la adolescencia.
Al no ser capaces nosotros mismos de entender nuestras limitaciones, nos dejamos llevar erróneamente para no tener que enfrentarnos a esas inseguridades. Por esto inhibimos las conductas de otros para no afrontar las causas, sino y en resumen: «no me des problemas».
Basado en esto, se recomiendan ciertos artilugios para inhibir conductas, tanto en humanos, como en perros, y algunos de ellos son los collares eléctricos y antiladridos para tu perro.
¿Cómo funcionan los collares eléctricos y antiladridos para tu perro?
Los collares eléctricos son collares que dan una descarga eléctrica en el cuello del perro cuando el humano así lo decide. Es un utensilio de tortura que lo que pretende es ejercer un control sobre el perro a base de infringir DOLOR.
El fin es que el perro deje de hacer lo que está haciendo o haga algo al sentir ese dolor.
Ejercer una descarga eléctrica a tu antojo a otro ser vivo para intentar conseguir tus propósitos para que aprenda que “eso no se hace” no hace otra cosa que demostrar lo que se infravalora a los perros.
Es un pensamiento simplista y reduccionista basado en conductismo. Aplico un castigo para que dejes de hacer o hagas lo que yo quiero. Pretende inhibir una conducta X a base de un castigo.
Los perros son mucho más que una conducta que premiar o castigar. Son seres vivos con nuestras mismas emociones, los mismos procesos de estrés que nosotros y lo más importante, con las mismas necesidades que nosotros.
Una de esas necesidades más importantes es SENTIRSE SEGURO EN EL ENTORNO EN EL QUE VIVE y para eso necesita la ayuda de la familia con la que le haya tocado vivir ya que depende totalmente de ellos.
Llevar al perro a la indefensión y anulación.
Al utilizar este tipo de utensilios de tortura se consigue “romper” al perro.
Este término también se usa en equitación con los caballos. Hay que «romper emocionalmente» al caballo para que solo esté dispuesto y acate mis pretensiones sin ningún tipo de expresión de malestar o queja.
Y aunque sigas pensando que puede ser exagerado, un ejemplo de «romper emocionalmente» es exactamente lo que se hace con los prisioneros de guerra, las limpiezas étnicas o para que nos entendamos mejor, lo que los judíos padecieron bajo el yugo Nazi en los campos de concentración
Es fuerte, lo sé, pero es llevar a la indefensión total al perro.
Aquí te explico también, para que puedas comprobar si tu perro la sufre, lo que es la indefensión aprendida
El pobre perro ya no se atreve a hacer nada por miedo a las consecuencias. Está muerto de miedo, con un estado de ansiedad y estrés constante que le hacen estar alerta.
Esto no se percibe a simple vista por la persona que lo lleva, que sólo ve un perro bueno y obediente.
Es más, el comportamiento que se pretenda “corregir” a base de infringir ese castigo se acentuará e irá a más.
Solamente se conseguirá que no haga “eso” o que nos obedezca, o lo que sea que se pretenda por parte de la persona, si se consigue llevar al perro a una TOTAL INDEFENSIÓN. Un perro ANULADO.
Poca gente se da cuenta que tendrá que depender siempre de herramientas de este tipo o infringir correcciones continuas durante toda la vida del perro.¿Es esto convivir con tu perro? Toda corrección necesita continuamente un “corrector” que esté continuamente corrigiendo.
Esto lleva a un estado de atención continua de todo el entorno tanto del perro como de la persona, por lo que la calidad de vida de ambos se reduce a ir siempre alerta a que no ocurra “nada” .
Egoísmo humano, falta de responsabilidad de saber lo que tienes entre manos, y un desconocimiento absoluto sobre lo que realmente es un perro y sus necesidades.
Si quieres saber más sobre otros artilugios que se usan y recomiendan para conseguir anular y llevar a la indefensión a tu perro mira el siguiente vídeo sobre los collares de pinchos o de ahogo que grabó Jose hace años y que sigue vigente.
En todo lo relacionado con tu perro el cambio está en ti.
En La voz de tu perro no usamos ni promovemos órdenes, ni obediencia, ni entrenamientos, ni premios ni por supuesto castigos.
Lo eliminamos totalmente de la vida del perro y la persona. Aunque te «choque» esta frase, si entiendes lo que necesitas tú y lo que necesita tu perro, esto lo puedes hacer y así conseguir dejar de depender de un montón de palabras, comandos, chuches …
¿Te gustaría vivir sin tener que estar tan pendiente de él todo el rato?, ¿con tranquilidad?
Es la persona la que tienen que entender lo que necesita su perro como ser vivo y lo que necesita de él/ella y del entorno en el que viven.
Por eso es la persona la que tiene que hacer un trabajo personal propio para poder estar a la altura de su perro y poder encontrar la tranquilidad juntos.
El fin de convivir con un perro no es adiestrar o educar al perro para que no nos de problemas y que haga lo que nosotros queramos en cada momento. Somos las personas las que tenemos que dejar a un lado nuestros miedos, nuestras inseguridades y nuestra necesidad de control constante y empezar a descubrir a nuestro perro.
Si tú cambias tu perro cambia. Depende completamente de ti.
Es la persona la que debe de cambiar su “hacer” y centrase en cubrir las necesidades de su perro, buscar que sea un perro con confianza en si mismo, un perro entendido, con confianza plena en las personas con las que vive, que pueda gestionar la vida por si mismo, que se pueda comunicar, en definitiva un perro realizado.
Entonces y solamente entonces el perro podrá empezar a cambiar y demostrar de lo que es capaz.
Y se consigue que el perro se adapte perfectamente a vivir entre nosotros , en nuestros entornos urbanos y todo lo que ocurre en ellos.
Esto se consigue con un trabajo global en la convivencia entre la persona y el perro donde la persona es la clave. Los perros son increíbles, son seres maravillosos que nos dan mil vueltas en todo lo relacionado con colaboración, entendimiento, resiliencia, buscar la tranquilidad, evitar cualquier conflicto.
Entonces… ¿Por qué no somos nosotros capaces de estar a su altura? ¿Por qué seguimos siendo tan obtusos pensando que mediante premios y castigos conseguiremos de ellos lo que nosotros queremos y necesitamos?.
La respuesta es clara: Es lo único que se ha promovido desde hace 50 años cuando hubo la “explosión” del perro doméstico den las ciudades.
Los collares antiladridos
Todo esto es extensible al collar antiladridos. La diferencia es que no es la persona la que a su antojo produce el dolor sino que cada vez que el perro ladra recibe una descarga eléctrica.
Estos collares son recomendados (lo cual es una aberración) para los perros que cuando se quedan solos ladran o los que viven en jardines y ladran.
Lo primero que hay que saber (que es algo obvio) es que el ladrido es una forma de expresarse y de comunicación.
Tu perro tiene las mismas emociones que tú.
Mediante el ladrido expresan una emoción o un estado: Alegría, Tristeza, Miedo, Excitación, Angustia, Desesperación, Felicidad..
Cuando un perro ladra es por algo. Si cada vez que tu perro necesite expresarse recibe una descarga eléctrica, le generará un estado de estrés agudo, indefensión, ansiedad y desesperación y frustración que hará que se agraven otros problemas conductuales debido a este continuo estado de tensión.Es tan simple como ponerse en su lugar.
A tu perro le pasa algo y tienes que ayudarle a conseguir asegurar su entorno, sentirse seguro en su casa.
Esto no solamente tiene que ver con la casa a nivel físico de “ sitio” sino a su relación con las personas con las que vive. Yo puedo tener una casa preciosa pero si no estoy bien con mi pareja mi entorno no estará asegurado.
Ahí es donde hay que centrarse y por eso el trabajo tiene que ser como ya he dicho antes global de la vida del perro con las personas con las que vive.
Es el entorno el que le tiene que proporcionar seguridad y tranquilidad para que sean perros capaces de gestionar el mundo que les rodea sin que sea una amenaza constante y que puedan pasar por cada una de sus etapas de desarrollo y puedan llegar a su madurez y convertirse en perros REALIZADOS.
Cualquier utensilio cuyo fin sea castigar al perro inhibiéndole, asustándole, incomodándole e infringiendo dolor debería de estar completamente prohibido y no usarse jamás.
“Las inhibiciones de expresión en un mamífero como el perro o el humano, sin entender las causas, harán que esas expresiones y conductas se vean reflejadas en otras situaciones. El estrés y la tensión siempre sale y saldrá tarde o temprano'Haz click para twittearEn definitiva. Es el concepto de lo que se entiende por adiestramiento y educación lo que hay que cambiar, así como el concepto liderazgo, tan mal entendido y aplicado.
Hay que dejar de pensar que los perros son robots a los que hay que castigar o premiar por conductas. Hay que ahondar en la causa y no quedarse en el síntoma.
“Las emociones no se adiestran ni se educan, se asimilan”
La persona que ha decidido compartir su vida con ese perro es la que adquiere la responsabilidad de aportarle una vida plena donde se sienta entendido, seguro y donde se cree un vínculo de confianza y comunicación mutua muy fuerte en el que la persona tiene que convertirse en la REFERENCIA DE CALMA Y SEGURIDAD DEL PERRO.
Debe ser el humano el que “muestre” el entorno al perro y no lo que comúnmente se hace. Que el perro se adapte a un entorno sin poder entenderlo.
El humano debe ser un compañero de vida para su perro que deja a un lado sus miedos, inseguridades y su necesidad de control constante para convertirse en su referencia que está ahí por si le necesita sabiendo gestionar las situaciones que se encuentran al lo largo del día.
Entonces…¿Collares eléctricos y antiladridos para tu perro? JAMÁS.
Huye de aquellos que te digan «es que hay que saber usarlos».
La realidad es que lo que hay que saber es a NO TENER QUE UTILIZARLOS.
Ya sabes que estoy al otro lado por si quieres dejarme un comentario.
Besos
Carolina
Estoy de acuerdo con lo del collar, pero cómo se puede ayudar a un perro que no para de llorar y destrozar cuando se queda solo?