TESTIMONIOS
TONY, PI Y MORGAN
Esta es nuestra historia con La voz de tu perro
Es su historia, es La historia de Morgan Tony y Pi con La voz de tu perro.
Nos llamaron porque Morgan había mordido en la cara a Pilar, y ella lo pasó fatal, perdiendo toda la confianza en su peque.
Lo que no sabía Pi, es que Morgan era quien no confiaba en ellos, y un día se lo hizo saber.
Tampoco nos contaron que en la calle Morgan era como un dragón con todos los perros que se encontraba. Se abalanzaba hacia ellos.
Así que aprovechamos y les ayudamos de forma global a poner las cosas en su sitio. Aquí tienes el resultado 45 días después
Esta es la publicación que hizo Pi en nuestra página de Facebook sobre el cambio que habían tenido:
Hace 2 meses y pico, Morgan, el peludo que corretea como si fuera un conejo de campo, no podía ir suelto, ni al parque, porque se enzarzaba con todos los perros y los quería morder. Era muy reactivo con otros perros, bicis, niños, corredores…..
Y ahora, ahí lo veis, feliz, realizado, y dándolo todo, dejando que el labrador le revuelque….
Se puede llegar a la convivencia perfecta, SIN premios NI castigos. Toma ya!
Todo esto es gracias a Zar, Carol y Jose.
Yo es que a veces ni me lo creo….como hemos avanzado tanto en tan poco tiempo??????? Miraba otra vez el vídeo y me he quedado así
Me encanta la nueva vida que tenemos los TRES!!!!!!
¿Quién es Morgan?
De pequeño siempre quise tener Perro y al final lo he tenido de mayor.
Y llegó Morgan y vino sin nada, sólo con un saco de ternura y toda la disponibilidad para ser mi mejor amigo…
Y ahí estaba yo, esperándole, después de dos años, informándome de que perfil de raza sería la mejor para que estuviera lo más cómodo posible a nuestro estilo de vida.
Había visto mogollón de programas de Perros y leído algunas cosas, dónde me pareció tener claro todo lo que tenía que hacer.
Yo era el gran jefe de Morgan
Tenía órdenes de todo tipo, sienta, tumba, haz el muerto, dame la pata, la otra y hasta le hacía esperar para dejarle comer su comida.
En algún sitio leí que la comida era mía y no de él y por eso yo decidía cuando comía…
Pobrecito, no me había hecho nada… me había vuelto como uno de esos personajes de novela romántica del siglo XIX.
Un padre severo, que le dice a sus hijos lo que tienen que hacer, con quien te vas a casar, a lo que te vas a dedicar en el futuro, donde vas a vivir… todo.
Lo decidiría todo por ellos, en definitiva, los tendría encorsetados y a mi medida, unos hijos que no pensaran e hicieran lo que yo decidiera siempre.
Un ogro de personaje!!!
Y con todo esto le habíamos puesto de nombre Morgan… Morgan!!!
Morgan, es un nombre de pirata, un pirata!!!
Los piratas son libres y campan por el mar como quieren, no están sujetos a leyes, son felices en su vida, cantan y beben ron, en definitiva no viven encorsetados.
Flaco favor le había hecho al nombre que escogí para mi amigo…
No era un pirata!!! Le había convertido en un hijo sumiso y triste… Dios mío!!!
Lo hice sin querer, eso sí, seguro de lo que hacía…
El desencadenante de Morgan
Hasta que, por fin, nuestro Morgan, como si de un golpe de puño en la mesa se tratara, dijo, basta!!!
Y marcó o mordió a mi Pi, en la cara, no nos lo podíamos creer!!!
Qué había pasado???… y como un resorte, yo caí en que existían metodologías distintas que se apartaban del trato marcial con los Perros.
Sabía poco, pero había un rincón en mi cabeza que se acordaba de eso.
Coincidió que una compañera de trabajo conocía a alguien que trataba a los Perros con respeto, sin corsés, respetando su libertad, «como los piratas»…
Y entonces hablé con Jose Montero de La voz de tu perro.
El cambio con La voz de tu perro
Ahí empezó, fue el comienzo de la vida pirata.
Lo mejor, la primera frase de la conversación: «Morgan está perfectamente, os voy a cambiar a vosotros»… suspiré y sentí un gran alivio, no se podía empezar mejor.
Entonces ya conocimos a Carolina también y a Zar, «el capitán de los piratas» y empezamos.
Morgan se empezó a desatar:
- Volvió a tener un espacio
- Empezó a oler
- Dejó de gruñir en la calle…y a nosotros por supuesto.
- Volvió su ternura, la que llevaba en su saco cuando llegó a casa.
- Entonces se le cayó el corsé y engordó un poco, porque se podía comer todo lo que encontraba por la calle, sin represiones…(curiosamente al dejarle, dejó de querer comer todo lo que encontraba).
- Le volvió la sonrisa y por fin hace honor al nombre que le escogimos… «MORGAN».
Conclusiones de trabajar con La voz de tu perro
Ahora sí eres un pirata… y cuando Pi y yo llegamos a casa tiene una mirada que parece que diga: «Hola, buenas tardes, soy un Perro libre»
P.D. Quiero agradecer, primero de todo a Zar, que es quien hizo posible todo esto, a Jose por empezar tan bien conmigo en el teléfono y finalmente a Carolina!!!
Por enseñarnos a escuchar «La voz de nuestros Perros»…
Todo el mundo que comparta o no la vida con un Perro, debería de pasar por esta experiencia…
Para mí, sin duda, ha sido de las cosas más bonitas que he hecho en mi vida… Os queremos!!!
Toni y Pi.